Ermita
Frente al castillo y a unos 2 metros de la falda Norte de la meseta, su planta rectangular se prolonga hacia el S.O.; 27 mts. de largo con un ancho comprendido entre los 6,5 y 7, más una obra en cuadro de 4,30 por 5,20 que está adosada a la parte izquierda de la cabecera - formando la sacristía.
En un ligero examen de la cabecera, bien pronto se averigua su fábrica distinta del resto, cuadrangular casi (6,3Ox6,80), con contrafuertes exteriores; en el interior de esta cabecera cuatro arcos arrancan de la base, idénticos, el de S.O. abierto a la nave con escalón de bajada, y todos ellos rematados con escayola, formando nervios que se unen en el techo de cúpula con dibujos geométricos.
Toda la nave que sigue a la cabecera (17 metros) es de origen indefinido y variado, pues en ella se notan múltiples reformas de lienzos pudiendo fechar los tramos más antiguos en el S. XIII. La puerta de salida, mirando al castillo, con arco de medio punto y friso de esquinillas, así como la pared de la misma, pudiéramos catalogarías alrededor del S. XV. Pórtico y sacristía de factura más reciente.
En el costado S.E. aún se nota el realce de derrumbes de una especie de patio, que abarca casi todo el lado y con más de 10 mts. de anchura, hoy personas ancianas atestiguan haber visto restos de paredes en pie de lo que sin duda fue atrio o pórtico de la ermita.
Tomando como referencia los libros de cuentas de la Cofradía de N.ª S.ª (12) vemos cómo hay muchas obras y reformas en el periodo de tiempo que comprende de 1734 a 1790; se compra mucha cal para la capilla y se datan varios arreglos y hechuras, entre los que se anotan "la cimbria de la cabecera"; si sumamos que en estos años se acumulan las anotaciones de gastos por cal, arrastre de piedras, compras de yeso, enmaderamientos, etc., fácil es de suponer que por ellos se hizo dicha cabecera; también se hacen "las puertas de arriba". Claramente vemos anotado en 1757 "se vende el prado de la cofradía" y se hace la sacristía; en 1788 se hacen otras puertas y se cambian de sitio, hay obra general; por fin, en 1790 se enlosan pórtico y sacristía. Creo que el asentamiento definitivo de las actuales puertas, como únicas, fue en el indicado 1788.
De todos los datos y averiguaciones, así como de la observación de lo que queda, parece desprenderse que actualmente la estructura es bien distinta de lo que en principio fue. Una puerta primitiva estaba en el lateral que mira a la fortaleza antigua del castro (S.E.), con el atrio ya mencionado (y acaso hubiera otra en el lado donde hoy está la cabecera); aún se nota que esta puerta, acaso principal de antes, estaba a unos diez metros de la actual, con algo más de dos metros de anchura en el hueco que se percibe, tapado. Por los años indicados en que se renueva la puerta y actual entrada consta escrito también cómo se hacen las dos ventanillas laterales a ella y una ventana, existente, donde estaba la puerta de levante. Consta documentalmente la extracción de materiales del castillo para parte de estas obras.
En el costado N.O. estaba situado un cementerio, éste ha sido excavado en su casi totalidad de 40 años a esta parte, en busca de piedras y por personas de las cuales aún hoy muchas viven; su longitud viene siendo como la del edificio y su ancho igual o acaso mayor; las tumbas seguían la dirección de la ermita (N.E.-S.O.), todas con losas en sus 6 costados. Removiendo la ya movida tierra se han encontrado trozos de baldosas, presentando algunos características de ladrillos romanos; los fragmentos de cerámica encontrados aquí tienen también palpable identidad con los del castro. Estos enterramientos deben de continuar en el solar donde se asienta hoy el edificio, en el centro de la nave se aprecia la losa superior de un sepulcro. La antigüedad en la utilización de este cementerio ha de ser bastante remota, y su relación con los habitantes del próximo castillo se deduce en razón a la proximidad en situación y vestigios (sería muy interesante un estudio arqueológico, a fondo, de este cementerio, pues podría dar datos sobre los distintos pobladores de la meseta).
Lo expuesto, las tégulas y el cementerio, junto con el encuentro de una cimentación en la cabecera, exterior a la actual obra, demuestran una edificación anterior y distinta, sospechando sea su antigüedad bastante remota al igual que la fortaleza del Este.
Imágenes
Se conserva hoy una imagen que la tradición asegura es la venerada en la ermita hace años y que el señor Gómez Moreno describe "su imagen es gótica, pequeña: la virgen sedente, y el Niño con libro, en los brazos, repintada” dejando datos imprecisos o equivocados. La talla, con 43 cms. de altura total, sentada, con la mano derecha extendida hacia arriba y la otra sobre el hombro del Niño, que está sentado en su regazo encima de la pierna izquierda; el brazo izquierdo del Niño descansa en la rodilla cogiendo una manzana y en un tamaño menor al que correspondería a una talla mejor acabada, el brazo derecho extendido horizontal y señalando hacia adelante y derecha (en ese ángulo) con el índice mientras el resto de los dedos están recogidos sobre la palma . Toda la talla se encuentra toscamente repintada de muy mala manera en azul, bermellón y verde, chillones y de poca calidad, las saltaduras que presenta dejan ver el dorado fino y brillante de la primera pintura, cara y ojos también muy mal repintado. De estilo gótico muy popular podríamos situar su hechura entre los siglo XIII y XIV.
Hay otra imagen, con unos 90 cms. de altura, pintura saltada y llena de carcoma; por aquí la llaman San Pelayo a causa de su traslado desde tal iglesia; en el libro de cuentas de la Cofradía de N.ª S.ª, y dentro de un inventario de las alhajas de San Pelayo dice "sólo en buen estado el santo", y al margen hay una nota del tenor siguiente: "trasladada la imagen a la ermita de la Concepción", parece todo ello confirmar la tradición, mas creo en este caso se trate de una representación de San Marcos o San Pablo, que perteneció a la Iglesia desaparecida y se trasladó a ésta; su antigüedad anda alrededor del S. XV.
La Inmaculada Concepción, que en la actualidad se venera en la ermita, es una talla en madera de 98 cms. de altura sin coronar, con un bello policromado en su vestido, el manto azul y la cara parecen repintados, esta última no muy perfecta, a causa de la pintura principalmente, pero en conjunto con líneas de singular belleza; fue comprada en 1799, por 1.442 reales de vellón, siendo mayordomo de la Cofradía D. Ramón Calabozo.
El retablo, bastante deteriorado, fue hecho poco después de adquirir la Inmaculada y en él se encuentran las imágenes de San Roque, San Sebastián y San Martín (o San Fernando, como algunos dicen). San Roque tuvo su altar independiente, como se hace notar en inventario de 1707, es de factura más perfecta que la imagen conservada en la iglesia procedente de su ermita, y su antigüedad podemos situarla entre los S. XV y el XVI. En el Archivo Parroquial se encuentra documentado cómo al arruinarse la ermita de San Martín pasa su imagen a ésta, lo que me hace suponer que el aquí denominado San Fernando represente a San Martín; está repintada toscamente y su cronología se presenta, aunque vemos documentada su ermita en apuntes anteriores a l572. Hay colgada del retablo, en el lado de la epístola, una tablilla tallada de inscripción borrosa:
"El limo Sr Dn Franz-co Isidoro GUI……… Vig……..
Obispo …………de concedió 40 días
de indulgencias por cada Ave María ... Salve que se rezare a esta Santa Imagen
...........................................
Sin duda el Obispo fue D. Isidoro Gutiérrez Veil, cuyo pontificado va de 1791 a 1805, y teniendo en cuenta la compra de la imagen en 1799, parece que se debió tal concesión al acontecimiento de la inauguración y bendición de la misma, y esa ha de ser la fecha en que se hizo la tablilla.
Cofradía
De antiguo existe la Cofradía bajo la advocación de Nª. Sª. del Castro, quizás con una antigüedad parecida a la de la imagen que en principio describo, aunque los primeros documentos que dejan ver su existencia se remontan al S. XVI, pero son copia de anteriores. Actualmente está formada por 40 hermanos titulares y más de un centenar que tienen el "memorial" solicitando el ingreso y van entrando entre los 40 al fallecer alguno de éstos; todos ellos a su muerte (incluidos los solicitantes) son asistidos por la Cofradía, que se ocupa de preparar la fosa, portar el cadáver, decir misas, etc. En la festividad de la Concepción los 40 titulares se reúnen en fraternal comida, para lo cual matan una vaca y reparten el sobrante de la comida subastando la carne; los gastos del refresco los pagan con fondos de multas por no asistencias y escotes. Los gastos generales de la Cofradía, misas, fiestas, arreglo de la ermita.... son pagados por la totalidad de los hermanos, es decir, los 40 más el resto que componemos el Memorial de aspirantes. De las antiguas costumbres de la Cofradía tenemos noticia por su Regla y Estatutos y libros de cuentas.
"La Regla y Constitución que se ha de guardar en la Cofradía y Hermandad de la Serenísima Reina de los Angeles Nuestra Señora del Castro, que se ha ordenado y establecido en esta Villa de Castrocalbón...", data de 1755, reformada de la de 1627 y ésta a su vez tomada de otra cuya fecha se ignora (aunque en los apuntamientos de 1572 se nos da noticia); consta dicha Santa Regla de 20 estatutos y se trata en ella, entre otros asuntos, de la entrada en la Cofradía (para lo que se pagaba una borrega), asistencia a moribundos y difuntos, misas, novenas...
Se ve ya en las primeras cuentas, desde el S. XVII, cómo poseían ganado con ovejas y cabras, además de fincas, prados, etc. De estos bienes se sacaban fondos para los gastos, entre los que destacaba la comida fraternal; dicha comida viene siendo criticada y prohibida por Santas Visitas que creen ver en ella un abuso, las prohibiciones comienzan a partir de 1690, y con ellas una paulatina decadencia de la Institución; no obstante, y aunque no se anotan en los libros, estos gastos se dejan ver por la falta de cargos de los escotes y la anotación cargando ventas de pieles y despojos, el "refresco", pues, sigue aunque quizás menor, y algunos años vuelven a anotarse parte de los gastos que continúan siendo censurados. En realidad esta crítica no parece tener otro motivo que el deseo del Obispado y de algunos vicarios para poder disponer de estos fondos, pues algunas veces, cuando éstos eran abundantes, se sacaron para la iglesia a notando, eso sí, que se devolverían, pero siempre sin vuelta; de estos fondos también se hacían préstamos sin interés a los hermanos, auxilios que también censura y critica la autoridad eclesiástica, que en visitas conmina a su pago inmediato (en 1750 pasan de estos fondos a la parroquia 801 reales).
La fiesta de Pasquilla, que se celebra en martes 9 días después del segundo de Pascua de Resurrección, era una estupenda romería llena de colorido que tenía lugar en el Palacio y a la que concurrían muchas gentes llegadas de diversos y distantes lugares (ya dentro de la Cofradía había hermanos de otros pueblos como Fuente Encalada, Felechares, Nogarejas, etc.), se mataba un borrego del rebaño de N.,, S.,, y con él se hacía un cocido para dar de comer a los pobres que a la fiesta acudían. Hasta hace bien poco tiempo la romería conservaba buena parte de su sabor tradicional con bailes y danzas en torno a la ermita, venta de avellanas y golosinas..., hoy sigue siendo festivo, pero ha decaído notablemente.
La comida de la Cofradía, al igual que hoy, se hacía el 8 de diciembre, y seguía en el 9, tomando las cuentas de gastos hechos en el año.
En 1680 hay un cargo curioso multando a unos hermanos que castigaron a otros cofrades ante la .justicia ordinaria con cárcel " ... habiendo Juez en la Cofradía que lo haga...".
Algunas veces recala la mayordomía sobre un hermano que fuese presbítero y también en forasteros (de Pinilla, Calzada, etc.), del año 1735 al 1740 lo fue el párroco de ésta (la Cofradía tenía Capellán particular).
En la festividad de la Concepción, además de la Novena, que hoy continúa, había confesiones y otros actos, se traía un fraile a predicar, etc. ,
Acontecimiento importantísimo, que denota el abolengo de esta institución, fue el JUBILEO que Su Santidad concedió a la misma en el año 1776.
Adjunto al libro de cuentas está el traslado de la BULA que fue concedida, para todos los hermanos, por el Papa Urbano VIII el día 13 dé febrero de 1624. De este importantísimo documento hay nota de su traslado a romance castellano en las cuentas del año 1746 a 1747. Concede a todos los cofrades que confiesen y comulguen y a todos los que en artículo de muerte invoquen (de boca o mentalmente) el Dulce Nombre de Jesús, y a los que visiten la iglesia el día de la Anunciación de vísperas a sol poner... plenaria remisión de sus pecados. Además concede otras prerrogativas y beneficios espirituales.
Con lo expuesto tenemos una visión de la importancia y grandeza del pasado de esta Cofradía, con su BULA, AÑO JUBILAR, etc., y sin duda con gran influjo en el discurrir cotidiano de nuestro pueblo. Hoy sigue la Cofradía, se asisten los entierros, se celebra la Pasquilla dos días (martes y miércoles), y también el "refresco" y Novena de la Concepción; gracias a esto sigue en pie la ermita, que se cuida con cariño por todos los hermanos, titulares o no, los cuales conservan la llave de tiempo inmemorial , pero acaso falte algo muy importante, como ese espíritu de unidad característico del pasado, esa fraternidad, ese amor y, sobre todo, esa fe que debemos revivir en torno a nuestra Patrona.
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